Principales implicaciones de la Violencia Doméstica
Con el ajetreo y el bullicio del estilo de vida estadounidense, a menudo he escuchado a personas decir que desearían tener más tiempo para pasar en casa con sus familias y seres queridos. En marzo de 2020, esas personas vieron su deseo llevado al extremo debido a que el país sufrió un fuerte revés con la primera ola de COVID 19. Las empresas se vieron obligadas a cerrar y a muchos se les ordenó quedarse en casa para evitar una mayor propagación del virus. Los grupos familiares se vieron esencialmente obligados a pasar tiempo juntos, y aunque en cierto modo esto pudo parecer una oportunidad para unirse, en varios casos los espacios cerrados y las muchas frustraciones que trae la cuarentena, ocasionaron irritabilidad en el hogar, ira y violencia doméstica.
Desde marzo de 2020, hemos visto que los incidentes relacionados con la violencia doméstica, al contrario de disminuir, están en aumento. Ningún acto de violencia doméstica está justificado, ni el COVID19 puede ser usado como una excusa general para indultar tal comportamiento en nuestros hogares. La violencia doméstica no solo daña físicamente a sus víctimas, sino que también tiene un impacto duradero que, con el tiempo, puede deteriorar a la víctima por completo si no se trata adecuadamente. El principal objetivo de esta publicación es revelar algunos de los efectos más notables.
Baja autoestima.
Este es probablemente uno de los efectos más notables de la violencia doméstica en los niños. Numerosos estudios han demostrado que los niños que son víctimas o presencian actos de violencia doméstica en sus hogares tienen baja autoestima y carecen de la confianza necesaria para desempeñarse al máximo de sus capacidades.
Lo mismo puede decirse de una esposa que sufre del síndrome de mujer maltratada. Una forma de trastorno de estrés postraumático en el que una mujer puede desarrollar una indefensión aprendida, llegando a creer que merece ser abusada.
Siempre se ha sabido que la violencia doméstica deja cicatrices emocionales. Si no se tratan, estas cicatrices pueden llegar a afectar muchos aspectos de la vida de las víctimas, incluidas sus relaciones, objetivos profesionales y personales y su sentido general de autoestima.
Depresión
La depresión puede ser otro efecto secundario de la violencia doméstica. En tales casos, la víctima puede experimentar sentimientos de desesperanza, tristeza, irritación, cansancio y/o trastornos del sueño, pérdida de interés/falta de placer, pérdida de apetito e incluso sentimientos de inutilidad o pensamientos suicidas. Es importante conocer que la violencia doméstica no solo es el acto de abuso físico. Hoy día también se define de manera amplia, incluyendo todos los actos de violencia física, sexual, psicológica, emocional o económica que pueda cometer un miembro de la familia o pareja íntima. Dada la variedad de posibles actos de abuso, no es sorprendente que la depresión sea un efecto secundario común.
Si usted o alguien que conoce sufre de depresión como resultado de la violencia doméstica, es importante buscar ayuda para mejorar la salud mental. Si no se trata, la depresión puede paralizar el estilo de vida de la víctima, provocando que su sentido de sí mismo y su bienestar mental se deterioren con el tiempo.
Agresión
Desafortunadamente, el comportamiento observado puede transmitirse, especialmente en los niños. En algunos casos, el agresor que comete actos de violencia doméstica lo hace porque en su mente no hay otra forma de expresar sus sentimientos agresivos. La violencia es todo lo que conocen, ya que sus opciones son limitadas. Por ejemplo, un hombre llega a casa del trabajo después de recibir malas noticias. El hombre está molesto y enojado. Su esposa no ha hecho nada malo, pero la ira se descarga físicamente sobre ella, lo que a su vez alivia los sentimientos de ira y agresión del hombre. Esto NUNCA está bien.
Lamentablemente, en algunos casos los niños que presencian actos de violencia doméstica infligidos por sus padres terminan por adoptar este comportamiento. Resultan ser los más afectados en este sentido, ya que pueden creer que el comportamiento violento es normal. Esto es particularmente cierto cuando los padres (especialmente las madres) sufren diversos abusos de manera regular.
¿Cuál es el punto?
Esperamos que este artículo haya proporcionado una idea básica de cómo la violencia doméstica puede afectar no solo a sus víctimas, sino también a quienes la presencian. Teniendo este conocimiento, es importante considerar siempre cómo nuestras acciones impactan a quienes nos rodean, tanto a largo como a corto plazo. Si es víctima de violencia doméstica, es posible que ni siquiera se dé cuenta de cómo sus cicatrices han moldeado su vida. Estamos aquí para usted: ponemos a su alcance profesionales en el tema con años de experiencia. Le aseguramos que no le hará daño buscar ayuda. Una vez que haya tocado fondo, el único lugar al que puede ir es arriba.